No importa lo que digan los números con que la bautizaron en remota imprenta, ella será también para este año y, a lo mejor, hasta para el que viene.
Tendré que acotejarla con un lapicero para que los días de la semana y los del mes vuelvan a coincidir, porque si no mi despiste terminará causando estragos, incomparescencias en reuniones de esas que uno olvida porque quiere olvidar.
El Fidel de la carátula, ese que confunde a muchos a pensar que cargo con un grueso libro de Girón en mi bolso, seguirá destiñéndose en alarde de la calidad de la tinta y la cartulina; y estoy segura (¡segurita!) que dada mi inigualable capacidad para romper cosas, terminaré zafándole- no dentro de mucho- la portada que ya se separa peligrosamente del bulto de hojas en su interior.
Pero ella habrá de aguantarme más allá de sus ilusas planificaciones primermundistas, y habrá de recordarme los autoservicios quincenales, las guardias obreras bimensuales, los trabajos voluntarios, las coberturas más o menos deseadas, los cumpleaños im-perdibles, los post pendientes para esta nube…
Nada que ver con reciclajes de año nuevo, con esta agenda vieja tengo que montear el periodismo joven y también de guerra que poco a poco aprendo a hacer. Ya me lo han advertido los míos, acá en la redacción, cuando me la regalaron en las primicias laborales de septiembre: “que te dure, la última la dieron hace tres años”.
Mi nube, la mía todavía está nueva, guardadita en un librero…. un beso con olor a Mariposa
Mariposita mía, yo sí tenía que darle uso a la mía, no tenía otra. Me alegro que conserves la tuya en buen estado y lugar, si no la has usado cuando decida que la mía debe morir… voy y te la uso, que yo soy así de fresca jajajajaja Beso de nube.
Oye, pero qué ocurrente eres y qué difícil es seguirte el paso con estos post tan hermosos y seguidos. Tienes una manera de escribir relajante, da gusto leerte.
Con respecto a las agendas te cuento que aquella con la que empecé hace tres meses ya se me está acabando sin que yo logre saber por fin qué tanto escribo. Y eso sin contar la cantidad de trabajitos utópicos que tengo marcados y remarcados todavía por hacer… una locura… ah, la mía es del 2011, y también voy a tener que correrle con la pluma los numeritos a ver si se arreglan o me volverán loca y acabaré viniendo a trabajar los sábados y cerrando el periódico los miércoles (y no los jueves)
Ay Yisell, gracias por tus palabras de aliento, no sabes cómo tengo que correr para mantener a este blog y cumplir con el resto de las tareas acá en el periódico. Es bueno saber que a alguien le llega y le llena. Con las agendas, estamos igual, yo voy poniendo cada día lo que tengo que hacer, porque tengo la sospecha de que nací con un Alzeimer congénito y la única solución que le hallo es planificarme con agenda en mano, incluso los post de la Nube jajajaja Espero que a ti te suplan más pronto, la mía está más vacía jajajaja Te cedo mi puesto en la lista de espera, un beso de tu nube amiga.