Debe haber sido aún más complicado para mis padres en los especiales periodos de mi infancia, sobre todo cuando la frustración era inevitable con Sarita pidiendo cada año la misma bicicleta imposible, improbable, in-comprable.
Aún así, encontré cada año muñecas, dulces, suizas y juegos de cocina bajo el navideño árbol familiar y creí, hasta un sorprendente sexto grado creí sinceramente en los Reyes Magos.
Recuerdo haber chapeado más de una vez el jardín del edificio con monumentales cuchillos de mesa, en busca de yerbajos para proveer a aquellos “pobrecitos camellos que tenían que recorrer todo el mundo cargados de regalos”. Y a los mágicos monarcas les dejaba algún que otro dulce, estoicamente almacenado para agradecerles el acordarse de mí.
Ahora que soy yo la que tengo que hacer magia cubana… ahora compadezco a mis verdaderos reyes y su sacrificio a la sombra de la leyenda.
Escapada a mitad de jornada laboral, como el resto centenario de padres que colmaban las principales arterias comerciales de la ciudad, me lancé en busca de suerte dos días antes del seis, pensando ilusa que era suficiente margen de tiempo.
Las colas (filas) a la entrada de las tiendas me recibieron con respuesta enunciativa negativa, aunque la mayor sorpresa me la llevé con los precios de aquellas muñecas famélicas que días antes salieron conjuradas como deseo de los labios de mi pequeña Judith.
A mucho andar, descubrí un lugar sin tumulto donde las barbies costaban un mínimo de 5.20 dólares y un máximo de 13. Por supuesto que me quedé con la de 5.20, muy a pesar de mi amor de hermana mayor que quería comprar la de más vestiditos y mejor pelo, pero con un salario que apenas logra doblar la cifra, la decisión se imponía racional y no emocional.
Reparé entonces en la señora a mi lado, que aún miraba a ésta- la más barata- con marcada indecisión. Ella probablemente no tenga un papá en el extranjero que mantenga mensualmente con sus remesas la casa, ella no podrá como yo darse el lujo de gastar la mitad de sus ingresos en muñecas tan feas.
Con mi caja envuelta en periódicos, para evitar la pérdida de fe de mi Yuya por un descuido, llegué apesadumbrada a casa; pero allí encontré la ternura de lo que parecía una ofrenda de santería: tres pozuelos repletos de agua y tres vasos con refresco instantáneo Piñata sabor Coctel para los reyes y sus camellos. Entonces entendí de golpe el porqué hacemos lo que haya que hacer para alimentar (también espiritualmente) a nuestros niños.
Algún día, por ley de la vida, papi ya no estará para mantenerme más. Algún día, también por ley de la vida y si tengo suerte, me llegarán los hijos propios con que seguir practicando enero tras enero la magia de reyes. Entonces me atemoriza enfrentarme a la pregunta evidente: algún día…¿seguiré cobrando 345 pesos?
jajjaja me has alegrado el día con este post. Con cuánta ilusión te vas a la cama el día 5 sin pensar en lo que hace posible el regalo que te espera a la mañana siguiente. Cuántos sacrificios de nuestros padres!!!!!!. Algún día cuando no cobres 345 pesos jajjaja harás el mismo recorrido por tus retoños …..
Un besote
Incluso cobrando lo mismo, sé que lo haré Mire mía. Gracias por revisitar la nube siempre y otro beso para ti.
Me gustó.
Un comentario de agencia, eh Lucio? jajajaja Gracias por hacerlo llegar. Que le haya gustado a usted es un logro importante. Un beso grande.
Hola amiga, saludos de nuevo, y ya con toda la confianza de amiga que me has dado, te revelo una milésima parte de este mi mundo, aquí también esperamos a los reyes, y mis sobrinas , una de 9 y otra de 8, también esperan sus regalitos,incluso hacen su lista,( en inglés por supuesto) que nadie diga que los Reyes Magos no son bilingues, o trilingues, eh.., ahora viene el momento de ver dónde se compra, están las grandes tiendas, donde se encuentra de todo, pero mas caro, Sears,Kmart, Costco, en la cual, cuando digo más caro, es que ellos te cobran un impuesto, cuando usas tu tarjeta de crédito o débito,aunque también te lo cobran cuando pagas en efectivo, como dijera Benjamín Franklin, en esta vida solo hay dos cosas seguras, una es la muerte y otra son los impuestos,lamentablemente mi presupuesto no me da para comprarles lo que piden, que va desde un Ipod,una laptop infantil u otro juego para su Xbox 360, aunque los juegos para el Xbox 360, cuando pasan 6 meses, bajan de 60 usd, a 40 0 23 usd, dímelo a mí, que ya aprendí la lección, así que lo que hicimos fue comprarles los juguetes en la tienda de mi empresa, donde con solo presentarles la identificación con tu nombre y que abre las puertas de entrada en la empresa, te hacen una rebaja del 30%,hay veces que nos ha tocado comprarles en la farmacia los juguetes, porque aquí, las farmacias no solo te venden medicinas, sino que te venden hasta Aires Acondicionados, por suerte mi hermano que corre otra suerte, les compra todo o casi todo, lo que le piden, así que ya vez, compartimos el mismo camino, aunque con otra moneda, Saludos desde Carteret. tu amigo Dayron, PD aquí las Barbies también son feas.
Mi queridísimo amigo Dayron, es bueno saber los sinsabores compartidos en otras partes del mundo, uno se siente acompañado en este planeta de soledades y distancias. Espero que a mi hermanita nunca le de por pedir un IPod, ahora veo que lo de la barbie no era para quejarme tanto jajajaja Gracias por tu complicidad y por dedicarme tiempo y líneas tan personales, cercanas. Un abrazo fuerte desde Cuba, de la nube que siempre te espera.
Candela!!!! la verdad que está fuerte esa última pregunta. Precisamente hoy, en el balance anual de la UPEC, una vez más volvimos a poner a discusión el eterno temita del salario. Y te cuento, este mes, yo que también cobro 345, me compré las pilas recargables que me garantizarán no tener que gastar más de 7 cuc en baterías desechables, pero mejor ni te cuento con lo que me he quedado. Basta con que te diga: este mes tampoco conoceré Camaguey.
Amiga, espero que algún no muy lejano día podamos visitarnos una a la otra sin tener que dejar, por ello, de comprar las pilas recargables que demandan las grabadoras de nuestro oficio. Ojalá alguna de estas asambleas sirva para algo más que para desahogarnos. Un beso y un abrazo grandes los dos.