No hay niña en el mundo que no haya sufrido la incomprensión familiar con los nudos de su pelo.
Los nudos son un embrollo infernal que se forman en la encrucijada de los cabellos por soñar mucho, jugar a “una roleta y un güiro”, dejar a tus amigas practicar las trenzas chinas con tu cabeza como material de estudio, mascar chicle antes de dormir, mojarse el pelo al bañarse u otro tipo de cosas divertidas. Los nudos son, por tantos, unos puros envidiosos.
Bueno, también influye un poquito el no peinarse con frecuencia, pero cuando apenas se rebasan los diez, vamos a estar en Cuba, eso no es una prioridad.
Como los mayores sí pasan los diez, ellos no entienden y se ponen bravos con los nudos. Los apelluncan, tiran de ellos, meten los dientes del peine en su mismitico centro para ver si dividen y vencen, y uno tiene que aguantar quitecito todo aquella tortura porque “quién te manda…”.
Con lo feliz que pudiera una andar por ahí con sus nudos, pero ¡Jesús!, ellos nunca nos dejarían salir así a la calle. Hay que verse estiradito, que es lo que la gente halla lindo, aunque parezcas asiática de tanto que te han apretado el moño.
Esta mañana, al ver a Yuya en su proceso de desenredo matutino, he recordado mis nudos de antaño y les he echado menos. También yo lloré hace una década bajo el mismo verdugo y solo la paciencia de papi, con su técnica retruécana “de abajo hacia arriba” lograba salvarme.
Ahora la salvo yo a ella de vez en cuando, pero al adivinarle el bullicio de nudos en la melena de lacio impecable, me preocupo de la ausencia de los míos. ¿Será que los pelos también se nos vuelven grandes y mesurados? ¿Será que al crecer caducó mi alpiste para nudos?
….ay María creo que mi alpiste para los nudos no ha caducado aun, si tocaras mi pelo ahora dudo que puedas safarlos con facilidad, y creo mas bien que es por lo vaga que soy que me cuesta peinarme , y el nido de gallina y gallos que tengo no se lo recomiendo a nadie.
Leydita, lo de la vagancia para peinarse es otra cosa que tenemos en común, pero por lo que he visto en fotos, compartimos un tipo de pelo que suele verse mejor de esa manera: alborotado jajajaja. Al menos yo, cuando me peino, me veo peor… o será ese mi pretexto jajajaja Un beso.
Judith feliz con sus nudos y nosotros aquí con un gran debate los hemos hecho famosos, si yo fuera ella me los dejaría por siempre para que con nuestros comentarios sobre los mismos, y sus obras de arte en «peint…», convertirme en una gran artista, pero mientras no se le pongan como los de Wiliam o X Alfonso todo está muy bien… y María sabes que Dios le da barba a quien no tiene «quijá», unas que se queman el pelo planchándoselo a diario para tenerlo bien lacio, y nosotras que preferimos tenerlo más alborotado que nadie…
Seguro Leydi, pa’arriba los pelos y que crezcan los drelos jajajaja como la canción. A mí mi pelo me encanta encaracolado, no hay que peinarlo y se ve mejor. Un beso.
Ya ves, esa es una de las razones por la que mi cabello nunca llegara más abajo de mi nuca jajjajaa Bien recuerdo yo los halones de pelo de mamy Belkis, eran el método más eficiente para que me despertara ( por que hasta que el peine no me hacía sufrir yo continuaba a la zombie por toda la casa) Un besote
jajaja Mire, pero cómo??? si tu pelito es más lacio que la seda jajaja Y mira que difamar así de mami Belkis, segura yo que ella te trataba con dulzura para hacerte los moños jejejeje
me hiciste recordar algo… de niño me hacía con los dedos nudos en el pelo… los llamaba «moñitos»… me los hacía yo mismo para dormir o viendo muñequitos… y la cosa es que quedaran parados para después tocarlos… la técnica todavía me la sé, si quieres te hago uno!… lo malo es que a veces hay que usar tijeras y no peine y cuando uno crece eso es importante, cuando somos niños no lo es tanto!… una tía mía que vivía en colombia me mandó unas caricaturas de un personaje que es un niño cavernícola que usaba un moñito con un huesito pasado…
Bien Julio César, este post me ha hecho pensar en una Sociedad de Nudistas, no, no, creo que mejor de Nuderos, para que no haya confusiones jejeje Allí podríamos impartir un taller de creación con tu técnica, que me parece muy postmoderna e iconoclasta, jajajaja se apuntarían unos cuantos locos, como nosotros. Gracias por retornar a la nube y compartirle nudos.
discriminación sexista¡¡¡ que tambien hay niños con nudos en los pelos, y si como yo no tuvieron cahmpúes loreal pues los nudos se sufrían más, sobre todo porque a los niños pelús no los peinan las mamás, se peinan solos y se encabronan con el pelo…. y oye, si se aprieta uno mucho el moño termina con la boca abierta, jejejeje.
Alejo, qué va! cómo va a ser??? jamás los discriminaría… es que no sabía que también ustedes sufrían estos lances jajajjaja me he reído mucho imaginándote en batalla campal con tus pelos, y solito… pobrecito criaturo jajajaja Ya sabes, cuando tengas una Sandrita, trátala con cariño, que el dolor de nudos no es fácil
Ay, las mujeres. Qué de trabajos pasan… Desde niñas!!! Mira, yo no tuve que pasar por esos tirones, pero las compadezco porque la foto habla por sí sola.
Tú no sabes nada, Roge, las que pasamos… las de Caín jajajaja Y eso que no puse la foto de la Yuya que te enseñé eh? Un besote.
Oye, yo llevé a mi hija desde los 4 años al Ballet, muchas veces me tocaba a mi peinarla y lo peor hacer esos lazos que necesitan 4 manos, y tienes que pedir prestado dos manos a alguien, además estaba el lío de «los gallos», algo que era insuperable para mi y que la hacía ir sufriendo todo el camino. La maestra de ballet me veia y me decía –la peinaste tu ¿verdad? que más que una pregunta era una afirmación. Y yo muy orondo decía –sí, y a mucha honra, pero era en realidad a mucho gallo y a cinta que parecía un majá enroscao, pero bueno, la maestra la repeinaba y listo, el caso es que nunca me rendí, pero sí sufrí yo, y sobre todo ella por «los jalones» de pelo…Ufff suerte que salí de eso…hasta que aparezca una nieta
Pobre Orlí, ya imagino las penas que pasaría rumbo al ballet, donde había que ir más estiradita que a ningún lado. Yo recuerdo las cebollas que me hacían y los lazos que dices, que las madres te decían «pon un dedo, pon dos…» y así se iban haciendo los lazos más frondosos jajajaja Y los gallos, ahhhhh los gallos, quién no los conoce. Son el trauma de cualquier niña, ese mechón de pelo escapado del alisado resto. Bueno, Orlando, espero que con las nietas te ayude la experiencia previa, y no sufran tanto ni ellas ni tú. Saludos.
Hola mi niña, sigo leyendote y ya ves, voy a por los primeros post que hacías.
Recuerda pasar a recoger tu premio.
Un beso,
Hola, pasé ahora mismo a ver tu blog, pero no encontré lo que me dices del premio. Igual me alegra siempre verte por acá, y que vayas en busca de mis primeros pasos. Ahora estoy muy poco productiva, la rutina me va enlazando, pero no te preocupes, prometo volver a mi ritmo pronto. Besos.