Empinarse

  papalote_cielo_nubes

                                                                         “Y tú… empínate

                                                                           Mariana Grajales

 

Había sol bueno, y a falta de mar un cielo en azul inmenso moteado de nubes. La brisa estaba de revolver papeles y despeinar árboles y levantar vuelos de faldas y liberar rizos rebeldes. Algo olía como si apenas empezara el día, aunque iban siendo las 3… ¿o las 4? La hora en realidad se me vuelve imprecisa.

Hacía, en fin, un tiempo óptimo para ser feliz o para topar, como es mi suerte en la vida, con una imagen de guardar en el pecho para contar luego. Y así fueron, ambas cosas.

De espaldas y a distancia adiviné a dos viejitos (dos personas mayores, tendría que escribir si no fuera yo mi propia y omnipotente correctora de estilo), ambos enfrascados con efusivo cuidado en hacer volar un papalote.

Me pareció graciosísimo, hermoso, y sentí llegar esa sensación bendita que sorprende e invade hasta la punta de cada dedo, donde terminan las enervaciones nerviosas.

No sé definirla, es algo así como la antítesis del llamado cubo de agua fría, como sentir de golpe, sin esperarlo o presentirlo siquiera, el impacto de la ternura, de todo lo bello del universo concentrado en un pequeño detalle humano o de la naturaleza, que te hace volver a creer que lo bueno existe al alcance de ti.

Me dispuse a regodearme en el “cubazo de agua tibia” (llamémoslo de esta forma), porque los pequeños milagros de la vida también suceden bastante poco, muy probablemente por nuestra incapacidad creciente para mirar y alcanzar a ver lo importante.

Enlentecí el paso, miré sin recato, fijo así, como miran los niños lo que llama su atención. La brisa batía el rombo empapelado arriba y abajo y la cuerda se tensaba o cedía, según los tirones del par de manos de turno.

Pensé en la tarde-noche de dos días antes en que Claudia, de cuatro años, me había cedido unos minutos la cuerda de su cometa en vuelo para matar al fin, después de “tarajayúa”, uno de los dormidos “enanos” de mi infancia.

Recordé también, de repente, a Chiringa de Cuba (supongo que por la alegoría evidente entre el nombre de su blog y el cuadro que me bebía), y como se conectan las ideas sin uno tener poder de organizar, decantar o decidir sus anexiones locas, pensé igualmente en todos mis amigos blogueros, en nuestros sueños, en la necesidad de “volar” por sobre incomprensiones y de ser felices, y nos vi en la Ciénaga… imagínense, ya andaba por Matanzas en marzo cuando di al fin con los rostros del par papalotero.

Uno de ellos, el hijo o hermano del que sí era una persona mayor, sonreía efusivamente con esa cara de ángel de otro mundo que tienen los Síndrome de Down.

Dos cubos de agua tibia, apenas con minutos de diferencia, es mucho pedir para una tarde de martes, pensé, pero ya lo he dicho otras veces, soy una persona de mucha suerte en la vida.

Entonces volví a repensar -ya muy conscientemente- a todos y cada uno de los que quiero. Repasé nuestros problemas y preocupaciones, todo aquello que escapa de nuestro control, lo que no pedimos y nos ha tocado, lo que en las primeras instancias de la rabia nos suele parecer un castigo, una carga, un impedimento.

Las mejores cosas de la vida suelen presentarse así, con una apariencia distante a lo “bello” o atractivo, con un cartel que provoca a gritos “EVÁDEME”, “SÁLVATE”, “NO VALGO LA PENA”.

Y hace falta valor, mucho valor y un amor sin límites a las causas, para descubrir el misterio y disfrutar del triunfo. Se precisa un disparatado arrojo del alma para insuflar la voluntad por encima de lo aparentemente evidente o conveniente y… empinarse.

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Acerca de nubedealivio

María Antonieta Colunga Olivera. Licenciada en Periodismo de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz.
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14 respuestas a Empinarse

  1. Eduardo F Pelaez dijo:

    Preciosa tu crónica

  2. Naily Barrientos Matos dijo:

    Mary, una vez más me sacaste las lágrimas y la sonrisa cómplice de quien ha sentido- vivido caer esos cubos de agua tibia. Sí eres una persona con mucha suerte en la vida y yo agradezco de esa suerte tuya.

    • nubedealivio dijo:

      Naylito, como dice Yuri, tú eres de los amigos que no destiñen. Mira que se te extraña, vieja, cuando me das tú un cubazo de agua tibia y nos caes por acá??? embúllate, anda, acá se te quiere grande. Un abrazo.

  3. Chely dijo:

    Gracias por este cubo de agua tibia, tienes un don especial para percibir las cosas, y aún más para escribirlas, nos vemos pronto, al lado de los cocodrilos, o quizás antes!!, un abrazo.

  4. cronomelian dijo:

    Oye, este post me record a RAY BRADBURY. Chely me coment que habas escrito algo que le haba gustado, entonces lo le. La parte que ms disfrut fue comprender por qu le gust a Chely. Hay frases ah que yo nunca escribira, pero tambien hay frases de Bradbury que yo nunca escribira, sin embargo, Bradbury no dejar de ser el gran maestro que es para m. Incluso opinar esto que te pongo es una bobera, (pero no lo voy a borrar, que cojone)

    • nubedealivio dijo:

      Charly, hijo, ahora es que te puedo responder el comentario, menos mal que vi a Chely en Labana y me dijo como tanteando: «Ay, Carlos, que es tan sincero… el comentario que te dejó… ví que respondiste el mío pero no el de él…». En fin, ahora es que leo lo que escribiste, al administrador del blog me llegó como que habías comentado, pero no se veía nada. Como eres tú, tú que eres tan tú, le dí publicar y dije, luego me fijo, pero luego no me fijé y por eso no respondí. Lo de que tu opinión es una bobería es lo único que me sobra, pero es bueno que no lo borres «ni cojones» jajajaja. Yo te agradezco cada vez que apareces, porque me da la impresión que alguien que vale me lee. un beso.

  5. Carlos Luis Sotolongo Puig dijo:

    Desde hace un tiempo me llego a tu espacio y sin permiso alguno-un atrevimiento de mi parte, tal vez- te enlacé a mi bitácora Isla nuestra de cada día. Intenté comentarte antes, pero al final qué decir de las majaderías de WordPress? Por eso lo hago por mi correo universitario. Soy estudiante de Periodismo en Santa Clara. Las estampas que regalan los ancianos son impresionantes. A mí también me han servido para escribir después… Aquí me permito dejarte una de esas experiencias.
    http://islanuestradecadadia.wordpress.com/2012/10/23/la-certidumbre-de-la-espera/
    Espero y algún martes-día en que publico en mi blog-te llegues por esas coordenadas islanuestradecadadia.wordpress.com
    Saludos desde la UCLV y ya me tendrás a menudo por tu Nube de alivio.

    • nubedealivio dijo:

      Carlos Luis, qué sorpresa, pero yo debería esperármelo porque de esa ciudad Santa y Clara donde estudias todo lo que me ha llegado siempre es bueno y … sorprendente. Allí en tu universidad tengo una amiga pequeñita de tamaño (según me cuentan, porque aún no nos conocemos en vivo) pero enorme de corazón, una lanzadora atómica de botellas virtuales. También de por allá es cierto Camarero de un café donde se sirve bien y sin miseria; así que sumaré a otro buen amigo villareño? a mis gratitudes con Santa Clara y claro!, claro que me paso por tu (mi, nuestra) Isla un martes de estos. Un abrazo grande y gracias miles por el «atrevimiento» de leerme y comentar.

  6. Eric dijo:

    La vida nos regala a menudo estampas como esta. Pero no todos, ni siempre, tenemos el ojo y el ánimo atento a las maravillas cotidianas. Vamos muchas veces con la mirada hacia adentro, con gafas en lugar de ojos, audífonos en lugar de oídos, preocupaciones en lugar de posibles alegrías. Vamos, y no siempre es culpa de uno, aunque tampoco lo es del todo de la vida, con el encuadre cerrado, la gama de grises, el ángulo estrecho, y no vemos al niño que sonríe, o al gato que duerme en la ventana, o al perro que se rasca sin complejos, o la mágica complicidad de dos enamorados, o a los ancianos que empinan un papalote (aunque este, lo admito, es uno de los cuadros más difíciles y por ende, de los más disfrutables). Se nos escapa esa otra vida, que también ayuda, y mucho, a seguir viviendo. Por eso disfruté mucho esta crónica, y por eso espero seguir disfrutando muchas otras de alguien que, ya sé, sabe mirar donde no todos ven.

    • nubedealivio dijo:

      Wow, Eric, tus palabras llenan de alegría y luz una tarde de martes muy diferente a la de esta crónica. Hoy me han tocado tres reuniones seguidas… pa qué contarte!!! Gracias por tus letras de retroalimento.

  7. Jany dijo:

    Muchas veces la vida nos sorprende con esos «cubos de agua fría» donde menos lo imaginas y muchas veces con las personas que menos esperas, sirva este escrito para resaltar esos bellos detalles que para algunos no tienen importancia y que para muchos otros (la gran mayoría) son una razón más para seguir apostando por la vida, muy a pesar de cuan difícil esta resulte. Un saludo desde Cienfuegos amiga!!!

    • nubedealivio dijo:

      Gracis jany!!!! tú otra vez, qué buena suerte. También creo que esas «pequeñas» cosas se agigantan en nuestras vidas y le terminan dando sentido, como la pizca de sal a la comida. Un abrazo grande y ya me voy malacostumbrando a tus letras.

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