Puede haber perros de bolsillo y pollos de cartera, lo segundo lo descubrí hoy en la mañana. La señora corría voluminosamente hacia el ómnibus de transporte urbano que la miraba con su cara de “no me cabe un alma más”, y en su suerte de marcha olímpica uniformemente acelerada aventaba de un lado a otro un singular bolso de contenido animado.
De lejos parecía eso: un bolso pequeño, como carmelita, de asa corta. Pero luego por un extremo asomaba una cabeza con pico y por detrás, unas patas con cola plumada
¿Instalación popular?… NO, ¡que se mueve!
Era, básicamente, un pollo blanco de patio, con alguillo de cresta ya, envuelto circularmente por el dorso con cartón cuidadosamente prensado al cual la ingeniosa dueña le había dispuesto de extremo a extremo una suerte de agarradera, para mayor comodidad en su transportación.
Al ave se le notaba que iba muy a gusto en su cochecito portátil; aunque no sé realmente cómo se haya comportado luego, una vez introducido en la guagua.
Yo iba en lo que acá llamamos coche (carretón tirado por un caballo… sí, ¡¡¡como en el siglo XIX!!!, que en la contemporaneidad real-maravillosa de Cuba sigue sirviendo en provincias del “interior” para moverse dentro de las ciudades).
Y de repente aquel fresco de parada me hizo confirmar que Cuba es un país muy gracioso, donde la gente convierte la necesidad en sonrisas.
Tunie mija… que rico abrir el correo, leer el aviso de que hay post nuevecito y venir que me mataba pa´ca a leer jejej no sabes cuanto me has hecho reír, es verdad que los cubanos somos únicos. Me recordaste una anecdota súper cómica, cuando era niña, digase 5 o 6 años, mi abuela me llevó a visitar a una tía mía que vive campo adentro y cuando estábamos de regreso, en espera de que llegara la tan ansiada guagua, había allí en la parada un pollito de lo mas chulo. Me puse a jugar con él, fue raro que hasta se dejara cargar y manosear por mi que siempre he sido muy curiosa… el final de la historia fue que en la noche cuando mi mamá estaba sacando las cosas del viaje que estaban en mi mochila…. ZAZZZZZZZZ apareció el pollito jejeje que me lo había guardado y mi abuela ni cuenta se dio….. es que me había caido taaaaannnnn bien jejejejje y así sin más, me vi criando un pollo «robado» pero con mucho cariño y sin maldad que conste jejejje besisss miles y gracias por este aguacerito mañanero…..espero másss heeeee??? kissessss
Niñaaaaa, tu incondicionalidad es de una velocidad… veloz jajajajajajaja Rico es esto de publicar luego de tanto tiempo y ver que aún me quedan amigos al borde del descuido de mis letras. Y qué manera de reírme yo con tu anécdota!!!! Así que mudando pollos del campo a la ciudad, eh? Me imagino la sorpresa de tu mami al sacar aquello de entre tus ropas jajajajajaja Más o menos así es mi hermanita Judith, que se esconde gaticos abandonados bajo la blusa para entrarlos camuflados a casa y burlar la aduana que soy yo abriendo la puerta. Una vez dentro es como en las embajadas: «ah, no, ahora no lo podemos botar» jajajajaja. Un beso grande, Jany, y sí, espera más que estoy entrando en una buena racha 🙂
Ayy mija qué te voy a contar yo… cuando vengas por Cfgos te voy a invitar a una cena modestica en casa para presentarte a toda mi familia animal y sus historias…pero por arribita te cuento que vamos por 5 perros + dos perros de los vecinos que son como nuestros+ 3 gatos jejeje y aun lo que queda por llegar jejeje pero nada en casa somos así, ya le he dicho a mi suegra que dentro de poco vamos a salir por el periódico litetarlemente por ser la casa en alto con más animales dentro jejejeje besisssssss miles y sigo en la espera de esa racha de aguaceros…. 😉
Cinco perros y tres gatos en una sola casa??????!!!!!! OMG!!!! Pero a ustedes deberían invitarlos a Animal Planet jajajajaja Bueno, menos mal que a mí me encantan los animales, así que cuando finalmente vaya a Cienfuegos, sin falta paso por tu zoológico, qué diga, tu casa, y conozco a toda la familia 😉 … tú te has leído mi post de las mascotas que han pasado por mi vida???? Te lo recomiendo, para reír no tiene precio. Besitossssss
Y como te llevo a ti en una mochila? 😀
jajajajaja Yudi, eso no está muy difícil. Creo que te sobraría mochila jajajajajajaja 😛
Tuni eso de «La señora corría voluminosamente hacia el ómnibus de transporte urbano que la miraba con su cara de “no me cabe un alma más”, y en su suerte de marcha olímpica uniformemente acelerada aventaba de un lado a otro un singular bolso de contenido animado.» Te quedó buenoooooo.
Si juntara todos los animales que he visto en trenes, ómnibus etc darían para algo bueno. Aunque.. hablando de paradas y guaguas me quedo la escena de hoy: Un hombre de piel oscura, ¡bien gordo! con un sombrero tejano, maleta negra y acento medio «habanero» a quien se montó en la misma «Diana» que yo. Desde que lo vi en la parada me dije: var a ser divertidísmo ver aquella anchísima humanidad romper montes y ciudades por entre el estrechísmo y abarrotado pasillo del bus, jejejejejejeje. Ah! y la mirada de una señora de unos 40 años tal vez, cuando aquella masa compacta le pasaba por dentrás y la apretujaba contra el costado de un asiento. La guinda del pastel fue el comentario del gordo cuando lllego al final del pasillo: ¡Que compresiva es la gente, ni proestaron».
Besitos…
jajajajajaj ay István, las estampas cubanas de seguro que dan para varios tomos de una saga hilarante. Ahora me hiciste recordar a un chofer de acá del Yeri, cuyo lema mañanero suele ser: «pide permiso por educación y empuja por necesidad» jajaja así conmina a sus usuarios a correrse y hacer espacio pa los de abajo, que aún no se montan. Un abrazo, mano, espero verte este finde 😉
«Cuba es un país muy gracioso, donde la gente convierte la necesidad en sonrisas». Amén, Tunie. Este es un don nuestro, una verdadera cultura de resistencia, una hazaña diaria, un estilo agridulce de la vida, sí, porque también tiene su acidez esta «dulzura» nuestra. Pero mientras la risa siga encendiendo almas, ¡qué vivan los amaneceres!
Ah, Roge, qué bueno que entendiste el santo y seña de las letras. Yo a veces me conmuevo de esta cultura de la resistencia nuestra. Somos lo maximito los cubanos, aunque, bueno, también pienso que ojalá nos pudiésemos reír de otras cosas que no fueran tan… problemas. Un abrazote.