Kenitica y Poppinga

kenia y tunie

Para tu información, Kenia se escribe con K”. Sí, creo que esas fueron las primeras palabras exactas que me dijo, en la formación de la entrada del comedor de la derecha de la ANEXA, cuando descubrió que yo la había anotado con Q en la lista de los mal portados a la hora del almuerzo.

Yo era la niña nueva de su aula de 4to grado, porque a mi profe Francisca se la habían llevado casi a finales de aquel curso para “Laprovincia”, y el grupo había sido desmembrado y reinstalado en las aulas aledañas. Y como era la niña nueva (y quizá para darme tareas y reconocimiento entre el resto), Deisy, la maestra de Cuarto A, me había puesto a hacer de “celadora” de la disciplina.

Pero tan tempranamente como mis tempranos ocho años de entonces terminé demostrando que no estaba lista para tamaño cargo, que yo no servía para echar palante a conciencia ni para poner mucho orden donde no lo hubiera y que era fácilmente subversible por el “enemigo”: me hice la mejor amiga para toda la vida de aquella rubita insoportable y rectificona, y la borré de la lista.

Kenia cargaba con un delicioso espíritu de contradicción desde el bautizo: blanca-coco, con pecas y ojos verdes, le habían enganchado nombre de país africano. Siempre iba de primera en la fila, por un tamaño diminuto que solo la abandonó en la juventud con la llegada de los tacones, pero su saludo inconfundible desde preescolar al llegar a casa era: “hoy me fajé con …”.

No era de hacer muchos amigos, de echo, la gordita Yodelaisy (que en paz descanse allí donde esté) y yo fuimos sus únicas compinches en toda la primaria. Es que Kenia era una niña extraordinaria, y a los otros niños a veces les cuesta integrar a esos.

Había aprendido a leer con su abuela Edelmira a los cuatro años, y tenía la mala manía de saberlo todo y hacérselo notar a los demás, constantemente, a lo cual se sumaba una predisposición congénita para decir siempre la verdad sin adornos, cosas todas muy valoradas por mí pero muy malentendidas en este mundo raro en que vivimos.

Deisy de inmediato nos sentó juntas, aunque la cháchara interminable le hiciera lamentarlo luego, por largos meses. Pero yo creo que salió bastante bien. Yo fui como un calmante para Kenita, su representante ante el mundo que la incomprendía, y ella fue mi neo-alfabetizadora, quien me ayudó a eliminar jurásicas faltas de ortografía tras un ejercicio interminable de préstamos de libros que incluyó desde los cuatro tomos del Corsario Negro hasta la colección completa del Tesoro de la Juventud.

En los baños de esa primaria de tres pisos practicamos juntas y en secreto el karate que ella aprendía en las tardes en la escuela del barrio, para poner a raya a los pesados del dieciocho plantas que venían en las tardes a meterse con nosotras en el parque y lanzarnos papelitos de amor. Nos creíamos que estábamos muy buenísimas, así, en supra-superlativo, y nos preocupaba mucho que aquellos zonzos viejos de como quince años nos rondaran; así que, además, cargábamos bisturíes en las medias.

Compartimos merienda (yo le daba un disco de queso a cambio de la mitad de su pomito de malta), cuquitas, barbies, tareas, enamorados platónicos del mundo del entretenimiento internacional … éramos lo que se dice uña y churre.Tanto así que ni siquiera la secundaria en escuelas distintas logró separarnos.

Ella hizo sus tres años en la Noel y yo en la Silverio, pero aun así, no sé cómo, seguimos viéndonos. Que nuestra amistad haya sobrevivido tres años de distancia, justo en una etapa de la vida en que no se toma uno muy a pecho lo de aferrarse a los que parten porque queda mucha vida para seguir descubriendo gente nueva, siempre me ha parecido un gran misterio.

Recuerdo incluso que yo iba allá, a hacerle la media con su primer amor real: un flaquito patinador y semi-pandillero llamado Yoan Gandía cuyas acrobacias me las tenía que disparar horas y horas en la Plaza de la Caridad, mirando como quien no quiere las cosas y cogiendo empachos de granifríos que ella me embutía bajo el argumento de que alguien tenía que justificar la estancia de las dos en aquel lugar para que él no sospechara.

Nunca se empataron- por suerte, que nada tenían que ver- pero el ejercicio nos sirvió para soldar la hermandad que ya estaba en su sitio y hacerla sostenerse hasta el Pre, cuando la Vocacional volvió a juntarnos un septiembre.

Ahí sí que parecíamos siamesas. Toña (mi madre) hacía unos potajes y los envasaba en pomos de boca ancha de cristal para los antojos de su otra hija Kenia y yo, cumpliendo mi más sagrada misión en ese décimo grado de leyenda, me encargaba siempre de vaciar su taquilla como un limpia-peceras- los martes en la tarde y los viernes de pase-, para que Camping (su papá) no se diera cuenta que en verdad no se comía ni los dulces de Arrieta ni un carajo.

En ese tiempo fuimos las respectivas culpables del primer noviazgo de la otra, en una operación de “este está pa ti, pues te lo tiro parriba” que aún nos sacamos como se sacan trapos históricos los amigos de verdad en días festivos de alcohol mediante.

En el aula de concurso, side by side, chateábamos por papeles y nos turnábamos para copiar cada una un fragmento de la clase (porque con dos que se quieran y una que copie…). Luego dormíamos los mediodías y nos quedábamos a que la tía de mi albergue nos contara los pelos y señales de sus embistes amorosos con el profe Mandy, y a eso de las 3, con el azul más estrujado que ha conocido un uniforme de esa escuela, era que nos íbamos pal docente (además, sin peinarnos), a ver en qué matábamos el aburrimiento.

Fue difícil, muy difícil, irme a Dominicana sin decirle adiós, pero ella entendió y entendió tanto que cuando a los cinco meses la reunificación familiar acabó en repatriación, su camita personal fue mi único paño de lágrimas apenas a la segunda noche del regreso.

Por ahí tengo todavía un marcador que me hizo con un pollito que en tres o cuatro pasos va rompiendo el cascarón y saliendo al mundo: mi amiga, sabia de nuevo, me mandaba a leer para superar los horrores de turno, para escapar, y me mandaba además a crecerme.

Su hogar, que desde antes era también el mío, se volvió ya definitivamente ese lugar específico a donde todo el mundo va a buscarte cuando no apareces. Allí tuve muchos años también a los Papines, Mamina Álida y Papín Campings, que cuando yo volvía con hambre de la universidad sacrificaban con una alegría increíble su bola de pan de la cuota para hacerme sandwiches tostaditos, acompañados de jugo y del capítulo que estuvieran viendo de “Aida”, “Aquí no hay quién viva” o “Prison Break”.

Kenia, puedo decirles, proviene de una familia inconmensurable de dos patas, donde mis hermanas y yo tuvimos tuvimos una suerte de adopción venturosa que nunca tendré cómo terminar de agradecer.

En los apenas dos cuartos de la casa donde vivían “agregados” yo tuve siempre una plancha certera con que alisarme el pelo rebelde para las noches de fiesta; un baño donde ir a ducharme cuando se iba el agua en mi edificio o se rompía la turbina; una compu para adelantar la tesis cuando mi máquina daba perreta; un plato de comida seguro a la hora que llegara con hambre; una pila de abrazos y los mejores chistes del planeta, cortesía Papín Gates.

Cuando se me fueron yendo uno a uno para California, y para colmo Kenita de primera, yo sabía, por la forma en que dolía, que me estaban arrancando algo serio.

¿A quién iba a buscar yo lo domingos por la tarde, cuando se acabara Arte Siete y la programación deprimiera, para ir de Montecarlos a Coppelia a tomar helado? ¿Qué otra tan loca me iba a hacer la media en la Fuente, para ir a llorar a dúo las fundiciones sin pena de ser vistas, o en el Casino, para ir a darnos columpio-terapia hasta que la guardaparques nos hiciera bajarnos por tarajallúas? ¿Con quién escapar a la Trova a dar chucho toda la noche para luego regresar a pie los dos kilómetros sin que faltara tema de conversación?

Estaba todo eso y también lo otro, lo más preocupante, el “con quién voy a hablar las cosas ahora”. Aunque los dedos de las manos no me alcanzan para contar los amigos de verdad, los que se inscriben en mayúsculas y subrayados en «la listica», Kenia fue siempre la de contarle “las cosas”, esa era su área de especialización, su particular contenido de trabajo: to do the talking.

Será porque las dos somos acuarianas, porque nacimos apenas con horas de diferencia, porque ya me conoce década y media de trayectoria y le es más fácil entrar en contexto mis problemas y compararlos con situaciones anteriores; o porque, sencillamente, ella es “pan con hielo” como yo, y dice lo que debe ser dicho sin aderezo a pesar de su certeza de que vas a hacer lo que te de la gana, y espera paciente el chichón para pasarle la mano sin regodeos.

Por lo que sea, yo sigo confesándome diariamente con ella, a través del chat de feis. Los enredos más oscuros solo me atrevo a contárselos a mi Kenitica, porque sé que en nombre de la humanidad y de lo divino ella me lo perdona todo como yo le perdoné la vez aquella en que por el instinto de salvarse me lanzó contra el perro que nos ladraba.

Y sé que vamos a poder exportar mocos en marzo, cuando al fin venga de visita y nos veamos de nuevo y nos demos un súper-abrazo. Tengo unas ansias horribles de ese momento.

Hoy que es su cumple, le he escrito al fin el post que tanto ha demandado, porque son muchos los celos con Enrique y Mirelys y Anisabel y todos los amigos que ya tienen aquí su espacio y su reconocimiento. Ella sabe que no es menos, está convencida; pero quiere publicidad, como todo el mundo.

Más le vale traer en marzo el pomo de Nutella que prometió a cambio del esfuerzo intelectual remarcable que ha implicado este relato 😉 Y más aún le vale quererme, al menos la mitad de lo que yo la quiero.

Y PD. No puedo creer que tenga que subir este post con esta foto, pero es la única que tengo a mano de las dos. Nadie nunca te ha querido al borde de un sacrificio tal de su imagen… jajajajajaja

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Acerca de nubedealivio

María Antonieta Colunga Olivera. Licenciada en Periodismo de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz.
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35 respuestas a Kenitica y Poppinga

  1. Mirelys dijo:

    Tunie, bello belloso! Me alegro que al final la kenia tenga su post! Y por para que no os preocupis te voy a mandar una foto que yo tengo de ustedes 2s… Las quiero un monton
    «Todo todo»

    • nubedealivio dijo:

      jajajajaja Mire, tú siempre de primera en los comentarios y en los socorros más urgentes. Buscaré en mi buzón de gmail, para sustituir la foto del espanto jajajaja te quieroooooooo!!!!!

  2. juan sin nada dijo:

    Hermoso impresindible vital poder contar con una amistad tan profunda felicidades a kenita y estoy seguro que esta orguyosa de tener tu cariño y de ese mismo modo te querra siempre

    • nubedealivio dijo:

      Bueno, Juan sin nada, yo espero que esté orgullosa de lo mucho que yo la quiero, porque el cariño que le tengo es entrañable y eso, en estos tiempos, creo que algo vale. Gracias por volver (creo haberte leído aquí otras veces, no?). Un abrazo.

  3. AndyT dijo:

    ¡Al fin sales de entre las sombras! 😀
    Qué bonito el post; esos son los recuerdos que uno guarda siempre de los amigos de verdad, estén donde estén…

    • nubedealivio dijo:

      Hola Andy!!!!! aún estabas ahí???? WOW! qué bueno, de verdad. Gracias por estar entre las sombras esperando nuevas letras. Un besi grande. Me caen bien los informáticos de Desoft 😉

  4. Jany dijo:

    Tuny que alegría que haya vuelto a escribir mija 😉 Como siempre tocando fibras que tenemos muchos de nosotros en común, los amigos y la lejanía geográfica. Gracias por de alguna manera revivir historias que nos hagan volver el time atrás y recordar a esos amigos que andan por otras partes del mundo pero que siguen aquí muy dentro. Un besote grande desde Cienfuegos y ya se extrañaban tus aguaceros!!!! besitos!!!

    • nubedealivio dijo:

      Ay Jany, si supieras, yo también los extraño a ustedes, aunque mis actualizaciones hagan increíble este comentario. Ahora mismo acabo de regresar de un viaje a municipio, llevo más de cinco días desconectada y cuando entro, lo primero que hago es ir a los comentarios de la Nube y empezar a reconocer las letras de gente queridísima como tú, que siempre reaparecen. Gracias por estar allí. Yo quiero mucho este año ir a Cienfuegos, a conocerte, a conocer los bebés de mis amigas Melisa y Leslie, a conocer el muelle Real… a conocer. Ya te veré. Un abrazo grande y de nuevo, garcias a ti, por leerme y encontrarte entre mis letras. Besi

      • Jany dijo:

        Otro beso grande para ti, ojalá y vengas así te invito a una PIÑA COLADA ( sin alcohol heee jeje) o una limonada frapé de esas que preparan en el timbiriche nuevo que abrieron a la entrada del Muelle Real… dale que no te lo puedes perder y los atardeceres en mi Muelle son únicos, pero eso tienes que comprobarlo por ti misma ;)… te esperamos por acá!!! Un abrazo!!

      • nubedealivio dijo:

        UFFF uffff, limonada, piña colada sin alcohol, Muelle Real, atardeceres… to many temptations!!!!! Niña, este año si no paso de ir a Cienfuegos. Ya el año pasado cumplí con Guantánamo, con el Festi de Cine de Labana, con el Holguín Romero… pero me quedé en deuda con Cienfuegos, así que el 2014 es el del desquite. Allá nos veremos. Un beso y te aviso

  5. juan garcia campins dijo:

    oye pa q decirte q llore’ por capitulos porq lo lei en dos partes , me encanto’ todo tienes el don de la palabra que Dios te lo conserve por siempre y a ti tambien es un gusto contarte entre nuestras relaciones mas cercanas a la vez nos sentimos honrados de q para ti sea igual, te queremos siempre!!!!!!!! algun dia nos veremos again para ENTOñAR
    jajajaja

    • nubedealivio dijo:

      Ay Papín, para entoñar no, coño, jajajajajajajajajajaja que ya yo de entoñar estoy hasta las trancas, como Aida jajajajajaja. Los quiero mucho, mijo, y los extraño cantidá. Cuando venga Kenitica en marzo, te escribiré una cartota y te mando masa de croqueta, pa que no carezcas allá jajajajaj Besosssssss

  6. ralexdelpino dijo:

    Tunieeeeeeee, hermoso, una vez más, pero me quedé con una duda: el perro al final te mordió o no???

  7. Mar dijo:

    Bueno, a riesgo de parecerme un poco a Kenia te diré un secreto: se escribe bisturí!!! pero shhhhhhhhhhhhhhhhhhh, que no se entere nadie.
    Tremenda alegría volverte a leer nubecita.. por cierto, se perdieron los frichuelos con nutella de ayer 😛

    • nubedealivio dijo:

      jajajajajaja por esto es que me caíste bien desde el principio, Mar, me recordabas mucho a Kenita… te le pareces. Ahora voy y arreglo el bisturí, que ahora ni recuerdo cómo lo escribí jajajaja. Mija, y trae los ingredientes pacá, pal Yeri, y hacemos ronda de FRICHUELOS 500 😉 😉 😉 😉 dale…

  8. cronomelian dijo:

    «Que nuestra amistad haya sobrevivido tres aos de distancia, justo en una etapa de la vida en que no se toma uno muy a pecho lo de aferrarse a los que parten porque queda mucha vida para seguir descubriendo gente nueva, siempre me ha parecido un gran misterio». Me encanta. Oye que bueno que estas escribiendo de nuevo, DEBES SEGUIR ESCRIBIENDO. Fan tuyo

    • nubedealivio dijo:

      Charly Melián, qué surprise!!!!!!!! y tú como te conectas???? imaginaba que una oración como esta te gustaría precisamente a ti, que dices que hago oraciones largas y enroscadas como gusanos jajajajajaja. Debo seguir escribiendo, es verdad, sobre todo si quiero seguir sabiendo de gente como Chely y como tú, que se me pierden, y los extraño. El viernes en Vertientes hablé de ustedes con Erick, un amigo común de una emisora radial de allá, parecida a Enciclopedia. Supongo que en marzo nos vemos, verdad? Mil besos. Y sabes que el fanatismo es reciproquísimo 😉

  9. -Nube, me da un alivio tremendo encontrar nuevas cosas en tu espacio. No importa que lo nuevo esté movido por el chantaje emocional, jajajajajajaja. Gracias por este regreso esporádico. Beso grande. Y PD: Felicidades a Kenitica.

  10. Ño, y yo que llego siempre tarde al baile 😦 Pero a riesgo de que no diga nada nuevo te cuento que me apretó un par de fibras muy duro porque mi mejor amigo es algo así como tu kenitica solo que afortunadamente lo sigo teniendo al lado, o todo al lado que se puede tener a alguien que vive en el otro extremo de la ciudad y es otro trabajador destacado como yo. Pero Tunie, tienes como Leydi el don de hacer los mejores homenajes que alguien pudiera recibir desde un blog. Tu amiga estará encantada.

  11. Yudivian dijo:

    Y yo, como Rafa, también llego a destiempo a leerte. Y lo disfruté todo. Me cae bien tu amiga Kenia y más aún la amiga de Kenia. Una amistad como ha de ser. No esperaba menos de alguien como tú.

  12. Lucila Morales dijo:

    Maria, disfrute mucho la historia, tienes «gancho» de 300 paginas, ese post me dejo con ganas. No pares de escribir, en tu nube, en tu «feis», donde te de la gana!!!

    • nubedealivio dijo:

      gracias Lucila, tremenda sorpresa leerte por acá, hasta pregunté a Raúl por tu apellido a ver si eras en verdad tú jejejejeje. Sigo escribiendo con la misma letra con que se podía hacer un periódico a mano, recuerdas????? Y siempre donde y como me da la gana 😉 Un beso

  13. Contra Tunilla, yo como Rafa y Yudivián llego tarde a leer y comentar, pero no podía irme sin decirte..gracias mil porque me dejaste con un nudo en la garganta y me sacaste las lágrimas (y yo soy difícil para llorar) ….por fa, no dejes de llover Nubecilla. Mi admiración siempre.

  14. Camilo Santiesteban Torres dijo:

    Lo de Kenitica está aceptable pero Popinga, que rima con guinga, con mandinga y con eso que todos conocemos que hace feliz a las mujeres y … bueno tambien a algunos hombres. jaja. Linda espero verte ahora. Que mala tú estabas!ja. Te quiero dale besos a las blogueras mas sexis de Camag.Kmilo

    • nubedealivio dijo:

      jajajajajajajaja Camilo, llevaba siglos sin abrir el blog. Qué manera de reírme con este coment tuyo, asere!!!!! jajajajajajajajaja sí, lo de hacer terminar Poppins en inga es totalmente intencional de la cabronísima de Kenia, y sí, también, estaba yo muuuuy mala. Y aún la gente no me cree cuando lo aseguro, que yo antes estaba más mala «entodavía» que hoy. Un beso miji, te queremossssss

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